jueves, 22 de abril de 2010

venta de empanadas o el camino a la ....




en los ultimos tiempos son ven en el seminario en una actividad ya costumbrista
La venta de empanadas
dinero ruin dinero
pero cuando se le da un gran uso sirve para apoyar en la construcion del
REINO de DIOS

aun mas






estas son solo algunos mementos de la mision



las otras pruebas fotograficas




aqui veremos algunas imagenes de la mision

mision de nataga Huila


para los integrantes que estubieron en la mision de Nataga fue una gran experiencia ya que a pesar de asistir en multiples ocasiones
cada mision es como al primera vez
desde el momento del envio hasta la celebracion de la vigilia pascual estubo sensacional no por que cada uno de ellos se sienta seguro de su labor, mas bien fue por que Jesus actuo por medio de ellos.
desde las dinamicas, oraciones, visitas a las familias, ceremonia de los días santos, en fin cada instante se sintio que Él esta vivo

sábado, 3 de abril de 2010

DONDE DIOS NOS QUIERE

DONDE DIOS NOS QUIERE
Éste es el día que hizo el Señor, alegrémonos. Así, con toda razón, canta la Liturgia, pues conmemoramos hoy la manifestación del esplendor divino en nuestro mundo. Los anteriores prodigios: tantas profecías cumplidas; tantas palabras llenas de verdad y consuelo pronunciadas por el Hijo del Hombre; aquella conducta intachable, ejemplar: aprended de mí..., ¿quién me acusará de pecado?; tantas curaciones, hasta los muertos volvían a la vida por su palabra... Bien..., todo aquello se queda en nada; es insignificante, frente a la manifestación gloriosa de Jesús resucitado, que vence por su propio poder a la inamovible losa de la muerte: por la misma virtud de Cristo, el cadáver vuelve a la vida. Es, en verdad, Señor en la vida y de la muerte. Ya lo advirtió: doy mi vida para tomarla de nuevo. Nadie me la quita, sino que yo la doy libremente. Tengo potestad para darla y tengo potestad para recuperarla. Éste es el mandato que he recibido de mi Padre.
Así confirma Jesucristo de modo indudable su absoluto señorío en el mundo. Pues no muestra su poder únicamente sobre las realidades físicas presentes en la naturaleza, sino sobre la misma vida humana, que recupera con más esplendor que antes de la muerte –gloriosa–, tras la resurrección. Es el Evangelio definitivo, la Noticia que Dios trasmite por fin a la humanidad, tras muchos siglos de sucesivas revelaciones: que nuestra vida debe ser divina. Ese es nuestro acabado destino, el proyecto divino para cada hombre.
San Pablo explica que Cristo ha resucitado de entre los muertos, como primer fruto de los que mueren. Porque como por un hombre vino la muerte, también por un hombre la resurrección de los muertos. Y así como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados. A los que mueren según Cristo les corresponde, pues, una resurrección como la suya. Aunque nunca seremos dioses, su vida gloriosa como resucitada es modelo de la que corresponde a los hijos de Dios en la Eterna Bienaventuranza.
No eran, pues, tan sólo formas de decir, aquellas expresiones llenas de afecto de Jesús, que dirige a sus discípulos: En la casa de mi Padre hay muchas moradas. De lo contrario, ¿os hubiera dicho que voy a prepararos un lugar? Cuando me haya marchado y os haya preparado un lugar, de nuevo vendré y os llevaré junto a mí, para que, donde yo estoy, estéis también vosotros. Por lo demás, nos aseguró: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida; nadie va al Padre si no es a través de mí.
Las mujeres que acudieron piadosamente al sepulcro la mañana del domingo siguiente a la muerte de Jesús, con la intención de acabar de embalsamar el cuerpo, quedaron desconcertadas, nos cuenta san Lucas. Tuvieron por primera vez la experiencia de una vida gloriosa según Dios: la atrocidad de la Pasión, para ellas tan notoria, no había podido finalmente con Cristo. La vida divina en Él había triunfado sobre la muerte, según el mismo Jesús predijera: que convenía que el Hijo del Hombre fuera entregado en manos de los pecadores, y fuera crucificado y resucitase al tercer día.
Después de muchos días, los cincuenta días de Pascua que celebra la Liturgia de la Iglesia, Jesús asciende corporalmente al Cielo. Antes, sin embargo, da muestras evidentes de su vida gloriosa: vida humana, pero sin los vínculos corpóreos, materiales, que condicionan nuestra existencia.
No es, pues, la vida del hombre para este mundo que contemplan nuestros ojos; que, por perfecto y agradable que nos parezca, no puede prescindir del freno y el lastre unidos a todo lo material. También el mundo –según explicará San Pablo– debe ser glorificado para nuestra vida en Dios. Agradezcamos a nuestro Creador su gran bondad con decisiones eficaces de correspondencia por nuestra parte. No queramos agotar nuestros afanes en ideales terrenos que reconocemos pasajeros y, sin embargo, parecen captar nuestras más nobles energías. El hombre, sobre todo iluminado con la luz de la fe, es capaz de remontarse sobre lo cotidiano y sensible, y comprender su existencia cargada de una riqueza trascendente que escapa hoy a su experiencia.
Nuestra Madre del Cielo es Madre de Dios, Reina de los Ángeles y de los Santos. Desde el anuncio de Gabriel tomó conciencia clara de su destino en Dios. Le pedimos nos conceda entender cada día mejor la grandeza de nuestra vida.













la gran noche

esta noche celebraremos la esperada RESURRECCIÓN de nuestro Señor y Maestro
el cual nos llena de jubilo
cada cristiano en esta noche sentirá de nuevo en su corazón el nuevo comienzo de una vida
PARA TODOS UNAS
FELICES PASCUAS
DE
RESURRECCIÓN