martes, 10 de agosto de 2010

Un viaje con morbo

..... Pero lo que más ha contribuido a crear un ambiente de sorpresa y tensión han sido dos asuntos de jugosa atracción mediática: el hecho de que los feligreses deberán pagar por asistir a algunos de los oficios religiosos, y la extendida idea de que un teólogo inglés del siglo XIX que será beatificado por el Papa era homosexual. El Vaticano niega que vaya a cobrar las misas y oficios como si se tratara de un concierto de rock, aunque reconoce que vende una especie de "mochila del peregrino", cuyo contenido, aparte de algunas viandas y recuerdos de ocasión, incluye boletas para ciertos actos píos. Los precios varían: 8 dólares para una concentración de rezo, y 45 para la misa solemne de beatificación. Con los elevados costos del viaje -18 millones para el Reino Unido y 11 para el Vaticano-, los organizadores aspiran a que los feligreses sufraguen una parte. Al fin y al cabo, pagar diezmos es uno de los mandamientos de la Iglesia.....
editorial@eltiempo.com.co


esto es un aparte de la noticia publicada por un diario nacional(el tiempo 9 de agosto)
que da mucho que pensar.a pesar de que, como sabemos ya los medios nos han dado palos por escándalos ya conocidos, ahora aparece esta perla, que si es cierta no se, rumor tal ves si, pero que da que pensar

1- se entiende que todo viaje genera gastos, y para un personaje como su santidad Benedicto XVI lo hace mas gravoso

2- pero cobrar por servicios litúrgicos, he ahí la cuestión, si es cierto,  el Reino Unido posee una economía boyante, pero si allá se llegase a  cobra, para suplir en parte los costos de la peregrinación,
¿que pasara cuando una nación no pueda pagar por la asistencia de Su Santidad? comenzaremos a excluir a los pobres
como Vicentinos, y aun mas como Cristianos, no podemos por ningún motivo aceptar tal cobro ni directo o disfrazado de la forma que lo hagan

si dirán, a Pablo las comunidades lo sostenían y ayudaban para sus viajes para anunciar el  evangelio, sí hay que aportar, pero nunca cobrar por predicar el anuncio de salvación, esperanza de un mundo materialista donde solo los que poseen un capital monetario son los que cuentan, y dejan al pobre en el olvido o en la exclusión